"Maduro, varietal e interesante Prieto Picudo." Así comienza el artículo que Antonio Jesús Pérez Reina, director de la Guía AkataVino publicó sobre La Costana.

De él afirma que se trata de “un vino que se muestra maduro, rico y estructurado, sin duda se perfila como un buen acompañante de platos recios, un tinto 100×100 gastronómico. Sus aromas nos ofrecen fruta negra, donde afloran toques de ciruelas, clavo, y un sofisticado toque de aguas ferruginosas que nos aporta la sensación de salinidad en nariz.”

Puedes leer su análisis y cata aquí.

El “Mejor Rosado de España” según la Guía de La Semana Vitivinícola y mención en su Cuadro de Honor como “Mejor Vino de la Variedad Prieto Picudo”; el “Mejor Rosado de España y Portugal” según las Guías del Certamen Internacional de Vinos Premios VinDuero-VinDouro y Medalla de Plata en Mundus Vini, Guía Peñín, Guía Repsol y Wine Up Guide.

Una de las joyas de Gordonzello, que se elabora mediante la técnica ancestral del “Madreo”. Este es un método tradicional que consiste en añadir al mosto hasta el 10% del volumen del depósito en racimos enteros procedentes de una vendimia manual seleccionada.

Sí, hablamos de Gurdos, un vino con nombre propio cuya nueva añada (2020) ya está disponible online y en la Enotienda de la bodega. Este espectacular rosado es esperado con gran expectación por los amantes del vino y cuelga el cartel de “agotado” poco tiempo después de su lanzamiento. Además, este año se han sorteado las 6 primeras botellas tras el embotellado, numeradas y firmadas por nuestro joven y afamado enólogo Sergio Paniagua.

Gurdos destaca por su color y estructura característicos. Este vino 100% Prieto Picudo presenta un color frambuesa con reflejos azulados y presencia de finas burbujas. Sus aromas son a frutas rojas como la fresa o la granada y también ofrece notas florales como la violeta. Es un vino fresco, con un agradable paso en boca y de equilibrada acidez. Es ideal para tomar solo o acompañar ensaladas, pastas, pescados al horno y carnes rojas.

Un vino para degustar y disfrutar que se convierte en protagonista de todas las mesas.

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¿Conoces el origen del nombre de la Bodega Gordonzello?

En sus inicios, allá por el año 1995, la Bodega quiso hace honor a sus orígenes y adaptó el nombre medieval del pueblo sobre el que se asienta: Gordoncillo.

Gordoncillo existe al menos desde el Siglo X d.C., aunque se ignora su fecha fundacional. El documento más antiguo conocido hasta el momento es una referencia que data del año 986 y en el que aparece el nombre de Gordonzello.

Es un nombre de lugar que ya aparece en documentos de la localidad de Sahagún en el 1402 como Gordonciello o Gordonzello, debido a las consabidas transformaciones fonéticas. Además, mantiene una relación léxica con el mozárabe Gordoman, que es un nombre de persona, por lo que se cree que tal palabra, con su diminutivo añadido, pertenece a un patronímico (que derivaba del nombre del padre o de algún antecesor y se aplicaba al hijo u otro descendiente, de modo que expresa la pertenencia de la persona a una determinada familia).

De Gordonzello a Gordoncillo

Gordoncillo es hoy la traza de una historia caprichosa que ha mecido entre la riqueza y la despoblación. Pero el presente le ha devuelto las ansias de renacer y progresar, de enfrentar adversidades y recuperar la eterna fuente de prosperidad: el campo. Es ahí donde Bodegas Gordonzello ha desempeñado un papel fundamental. El pueblo, ha cumplido el sueño de recuperar la tradición vitivinícola gracias a la iniciativa vinícola que tuvieron los socios fundadores de Gordonzello. Después de 25 años la Bodega continúa trabajando con esfuerzo e ilusión, solventando dificultades, cosechando éxitos y trabajando por un futuro prometedor.

Gordonzello era una Villa de origen medieval que se ve reflejado en su trama urbana, apiñada y centralizada en torno a la plaza mayor. Los viajeros, comerciantes, pastores o peregrinos que llegaban a Gordoncillo siglos atrás, lo hacían principalmente por el Camino Real, una vía histórica conocida como “La Ruta del Vino”, muy frecuentada por aquellos que necesitaban proveerse de los afamados “claretes” y blancos de la zona.

Hoy viven en Gordoncillo más de 500 vecinos, pero en ciertas temporadas, como el verano, llega a triplicar su población. Bajo las casas se encuentra un laberinto de antiguas bodegas excavadas en el subsuelo donde se conservaba el preciado vino que continúa siendo la sangre que desde tiempos remotos da vida al pueblo.  

Gordonzello hoy

Gordonzello y su consolidada trayectoria de 25 años avalan la solvencia de la compañía y la prosperidad del municipio en el que se sitúa. Hoy día es la bodega líder de la D.O. León, con una de las mayores extensiones de viñedo propio, una producción anual de más de 1,5 millones de litros, la venta de más de 1 millón de botellas y una cuota de mercado del 25% de toda la región.
Un cuarto de siglo que ha servido para madurar el vino y potenciar su cultura, convirtiendo a Gordonzello en uno de los principales motores de desarrollo rural de la provincia de León.

Muchas personas se sorprenden al encontrar rosales en los viñedos y se cuestionan la intención de unir ambas plantas que, en general, consideran como un elemento decorativo. Pero el motivo, además de ser estético, es preventivo y te contamos por qué.

La vid es una planta muy sensible a los ataques de un hongo que provoca una enfermedad denominada “Oídio”. Esta enfermedad es muy dañina y difícil de erradicar si su detección no es precoz. Lo curioso es que este hongo también ataca a flores delicadas como las rosas y sus síntomas se manifiestan con manchas en las hojas. Esos síntomas son visibles en los rosales mucho antes que en las vides, por lo que el rosal sirve de alarma parta detectar a tiempo la enfermedad y tratar la viña antes de que sea demasiado tarde.

La historia

Los orígenes de esta costumbre se remontan a 1851, cuando entró en Europa, procedente de Inglaterra, el hongo “Oidium Tuckeri”, conocido como el “Hongo del Oído” u “Hongo de la Ceniza”. Este hongo propagó sus esporas a tal velocidad que en menos de dos años acabó con la mayor parte de las cepas de todas las regiones vinícolas.

Hay que tener en cuenta que en aquella época los viñedos se encontraban alrededor de los monasterios, donde se elaboraba vino para misa. Los monjes de esos monasterios, en concreto los cistercienses de la Borgoña francesa, estudiaban el suelo de forma exhaustiva, y como si de auténticos geólogos se tratase, elegían las mejores parcelas, experimentaban con la poda, seleccionaban las mejores plantas y cercaban sus viñedos con rosales.

Cuando el Oídio llegó a estos viñedos borgoñeses, los rosales fueron los primeros en sufrir esta enfermedad, de modo que los monjes pudieron salvar los viñedos tras tratar primero los rosales con un tratamiento basado en espolvorear las plantas con azufre. El tratamiento funcionó con los rosales y fue aplicado posteriormente a los viñedos. Fue así como los rosales se convirtieron desde aquel entonces en plantas que servían a los viticultores para detectar enfermedades.

"Es diferente, es soberbio, es vino de pleno disfrute."

Así comienza el artículo que Antonio Jesús Pérez Reina, director de la Guía AkataVino publicó sobre nuestro Kyra Albarín. De él afirma que se trata de “un vino que debido a su ligera textura en boca, necesita de crianza en contacto con las lías y un paseo por la madera, y así es exactamente como lo han elaborado desde Gordonzello, ofreciendo un vino muy floral y cítrico en nariz, donde la fruta blanca aparece fresca y muy bien conjugado con ciertos toques ahumados aportados por su crianza.”

En la escala de puntuación de AkataVino Kyra Albarín consigue 92 puntos, lo que equivale a "Muy buen vino que nos aportará grandes momentos."

Puedes leer su análisis y cata aquí.

El refrán dice que “Año de nieves, año de bienes”, asegurando que en esas circunstancias el año será favorable para las cosechas. Esto se debe a que las nevadas mantienen a las plantas libres de larvas y esporas, evitando así a los insectos y parásitos dañinos.

Además de regalarnos bellos paisajes, las dota de una gran reserva de agua que va penetrando lentamente en los suelos a medida que la nieve se derrite y funciona como desinfectante, limpiando la madera.

La estación invernal es importante para el futuro desarrollo de la vid ya que el frío y, especialmente la nieve, pueden ser beneficiosos para el viñedo. El invierno para la vid es un periodo de hibernación en el que se frena el flujo de savia en la planta, retirándose a las raíces, de modo que la planta se repone.

Por otro lado, algunos hongos e insectos que podrían haberse instalado sobre la corteza de la cepa mueren debido al frío, evitando así los posibles daños y enfermedades que ocasionan en las plantas.