Aún se nos quedaron en el tintero algunas afirmaciones sobre el vino de esas que sorprenden y que, aunque muchas son ciertas, en su mayoría no son más que mitos o leyendas.
-Ni engorda, ni afecta a la salud, es más… ¡Todo lo contrario!
Lejos de engordar el vino contiene más de mil sustancias que son favorables para la salud. Un estudio realizado en todo el mundo demostró También está demostrado que el consumo regular de vino reduce la tasa de colesterol perjudicial y además se le atribuyen propiedades curativas en el tratamiento de enfermedades como el cáncer o el Alzheimer.
El vino tiene numerosas sustancias que son beneficiosas para la salud. Hay muchos estudios por todo el mundo que demuestran que las dolencias cardíacas disminuyen en los países de mayor consumo de vino. Al vino también se le atribuyen propiedades curativas en tratamientos de enfermedades como el cáncer o el Alzheimer. Un consumo moderado de vino ayuda a reducir la tasa de colesterol perjudicial y además hidrata la piel y reduce las arrugas.
-El rosado no es sólo cosa de chicas.
No hay vinos para hombres o para mujeres. Es cierto que, por las diferencias biológicas, hay diferencias también entre los gustos de ambos sexos, pero no porque haya nada escrito o establecido. Cada persona es mundo y nos sorprendería la cantidad de excepciones que hay.
Y al igual que el vino, no hay sexo o género para los colores. Los vinos rosados deben su tonalidad al poco contacto que tienen con la piel de las uvas en el proceso de vinificación. Hay muchos rosados con una calidad altísima y no por ser rosados son menos apropiados para hombres.
-A mayor precio, mejor es el vino.
El precio del vino es el resultado de sumar los costes de elaboración, producción, cantidad y calidad. Aunque también influyen factores externos como la exclusividad, el diseño, la etiqueta o tener un enólogo estrella.
Así que el mito de que los vinos caros son los mejores no es del todo cierto ya que el encarecimiento de un vino a veces es por otros motivos que no están relacionados con la calidad de este.
De nuevo entran en juego los gustos de cada consumidor, de esa forma, cada cuál tendrá un vino al que considere el mejor.
-¿A quién le importa el corcho?
El corcho puede aportar beneficios al vino, pero, sin quererlo, también es el causante de uno de sus defectos más importantes que es el gusto a corcho. Esto ha hecho que últimamente muchas bodegas hayan apostado por la utilización de tapones sintéticos o de rosca, obteniendo excelentes resultados.
