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¿BRINDAMOS?

Cualquier momento especial en el que compartimos una copa de vino va acompañado de un brindis. Un acto espontáneo con el que expresamos nuestros buenos deseos hacia quienes comparten el momento con nosotros. El brindis es un acto que llevamos practicando desde hace mucho tiempo, pero que es muy probable que no sepamos de dónde venga.

Brindar es una tradición antiquísima con unos orígenes bastante difusos. Según la mitología de la Antigua Grecia, el dios de la vendimia y el vino, Dionisio, invitó a todos los dioses del Olimpo y a los cinco sentidos (gusto, vista, tacto, oído y olfato) a un gran banquete. En esta reunión, Dionisio sirvió un vino que deleitó a todos los presentes, particularmente al gusto, a la vista, al tacto y al olfato, pero el sentido del oído parecía sentirse un poco decepcionado por no poder disfrutar igual que los otros sentidos. Para remediarlo, el dios del vino propuso instaurar la costumbre de brindar al beber vino, para que el oído también pudiese disfrutar del vino al escuchar el sonido de las copas al chocar.

Más allá de las historias de los dioses.

La Enciclopedia Británica reconoce que tanto griegos como romanos acostumbraban a practicar libaciones durante sus comidas. Unos rituales en los que quienes asistían dejaban caer algún líquido sagrado como ofrenda a los dioses y a los muertos. Por lo visto, de este origen sagrado de brindar por dioses y muertos, se pasó a emplearse el brindis para pedir por la salud de los vivos también. A partir de ahí, brindar iría perdiendo esa connotación religiosa hasta derivar en el brindis actual que acompañamos de un “¡Salud!”

Existe una teoría más que coloca el origen del brindis en las culturas de la Antigua Grecia y la Antigua Roma, en torno al siglo IV a.C., pero en esta ocasión el brindis pierde un poco ese simbolismo místico, espiritual o religioso, para tener una cuestión más práctica: evitar un envenenamiento. No es ningún secreto que griegos y romanos tenían predilección por deshacerse de sus enemigos a través de un envenenamiento. Según esta teoría, el acto de brindar se conformaría como una prueba de confianza entre anfitrión e invitados, ya que al juntar las copas su contenido se mezclaría. De esa forma, si alguna de las copas estaba envenenada caerían todos. Así que, si alguien no brindaba o se abstenía del trago, mejor no darlo.

Brindis, el origen de la palaba.

Tampoco es un hecho contrastable por completo, pero parece ser que esta palabra se comenzó a usar durante el siglo XVI, cuando las tropas de Carlos I de España toman Roma provocando que el Papa Clemente VII huyese, tras lo cual inician el saqueo de la ciudad. Al ver el destrozo causado entre las fuerzas enemigas, los militares del imperio justificaron la matanza como una ofrenda a Dios, alzando sus copas de vino y pronunciando las palabras “bring dir’s”, que significarían “te lo ofrezco”, celebrando así su victoria. Con el paso del tiempo, la expresión se iría castellanizando hasta la actual “brindis”.

Sea cual sea el origen, cualquier momento es bueno para celebrar y con ello disfrutar de un brindis para expresar nuestros mejores deseos.
Bodegas Gordonzello

Alto de Santa Marina, s/n
24294 Gordoncillo (León) España

Publicado

14 Agosto 2024

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